«En lo que respecta al discurso de Luis Fernando Camacho en el cabildo del 4 de noviembre se identifica claramente la intencionalidad de mezclar elementos religiosos y políticos en su discurso, por los iconos mostrados mientras se dirigía a la ciudadanía, como el uso de la imagen de la virgen María, el uso del altar papal, que lo muestra como un “mártir” de la democracia y como un líder “mesiánico” que instaurará el reino de los cielos en Bolivia al llevar la Biblia a palacio. Habiendo tantos elementos de la realidad política y social, el discurso del presidente del Comité pro Santa Cruz usa la religión de manera deliberada como un instrumento de articulación hegemónica y legitimación social de su liderazgo y muestran como si el conflicto que vive Bolivia fuera una guerra espiritual entre cristianos y paganos, en este contexto la religión se convierte en un dispositivo y artefacto de polarización con los seguidores del MAS, abriendo las puestas al fanatismo religioso en la lucha política.».
