Polarizar al país con una retórica evangélica

Polarizar al país con una retórica evangélica

Señor Director:

Al llamar «satánicos y mundanos» en televisión a los que toman una determinada opción política se logran muchas cosas. Por un lado se ofende a una importante parte de la nación donde también hay otros creyentes, y por otra se consigue ganar ofensas generalizantes hacia la fe.

No es raro escuchar entonces como respuesta que «todos los canutos son así», y luego insultos y repudios hacia una fe religiosa que es amplia, diversa y heterogénea.

Se siembran insultos y se cosechan, pero el problema es que la cosecha la reciben todos los cristianos, no solo el que la sembró a su nombre de forma engañosa.

Con eso, el insultante logra obtener pruebas elaboradas para su relato: me persiguen por causa de la fe, cuando es en realidad por causa de una persecución religiosa que él inició.

Hago un llamado al respeto, lo exijo especialmente de mis hermanos en la fe, que dejen de insultar a su prójimo y a forzar a Dios hacia una opción política con perspectivas maniqueas y muy poco cristianas. De hecho, como cristiano y militante de la fe evangélica les pido perdón a todos los insultados (aunque yo también fui insultado) pues me duele ver la fe cristiana así.

Pero hago también un llamado, a los grupos por el apruebo de izquierda, centro y derecha: si quieren no solo que el apruebo gane sino que dé estabilidad y unidad a un país convulsionado, tendrán que aprender a no generalizar. Esto especialmente a los que dicen «representar al pueblo» pero no reculan en atacar los símbolos en los que el pueblo ha obtenido esperanza y respuestas como es la religión, pues del otro lado hay quienes les dan lisonjas fáciles y con eso ganan las elecciones.

Cristianos hay que han apoyado genocidios y cristianos hay quienes han dado su vida por los demás, existen los dictadores evangélicos como Ríos Montt en Guatemala, y existen libertadores evangélicos como el reciente ganador del Nobel de la Paz del Congo, el pentecostal Denis Mukwege o Martin Luther King. Existieron evangélicos que apoyaron y celebraron la dictadura militar chilena, como el Consejo de Pastores, y evangélicos que lucharon por los derechos humanos y los perseguidos como la Confraternidad Cristiana de Iglesias. Los «no-evangélicos» deben saber entonces, tampoco los evangélicos somos la encarnación del mal.

Un llamado entonces a la paz, un llamado a no generalizar, un llamado al entendimiento y a la sana convivencia para todos, creyentes o no.

Esteban Quiroz, abogado, evangélico metodista. Vocero de Evangélicos por el Apruebo.

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