1
Hay una vela encendida en mi corazón, pero
Mi corazón ésta noche no es mi corazón,
Es que anda una noche queriendo ser día.
2
Ahora nuestra noche ve esa llama blanca
De humo blanco, y una vela blanca
Encendida en memoria de los
Que no volverán a la vida en esta tierra.
3
¿Cómo pasó?
¿Cómo fue posible que todavía los humanos
Vinieran a morir vestidos de blanco y puros?
¿Cómo fue posible morir todavía con
La garganta clamando igualdad?
¿Qué muerte es esta muerte, Pueblo mío?
¿Qué muerte ponen bajo nuestro nombre
Bajo el horizonte?
4
Llora el cielo, llora el cemento, lloran los pasajes,
Lloran las plazas, lloran los postes,
Llora el paso de cebra, lloran las ventanas
Llora un espejo, llora un cepillo de dientes,
Llora una escalera, lloran los sillones en las casas,
Llora la silla del comedor,
Llora la puerta de sus cuartos, al cerrarse y al abrirse,
Lloran los almuerzos, los desayunos, las onces
Y lloran sus camas
¡No dejan de llorar sus blancas camas!
Llora la llave donde bebían su agua,
Llora su camisa blanca de escolar,
Lloran las rejas de las casas,
Llora el alba que los veía ir al paradero,
Llora su traje y su vestido, y llora
Su informalidad, lloran sus zapatillas,
Sus relojes y sus celulares,
Llora el asiento de una micro,
Llora la mirada nuestra desde la ventana
Llora nuestra mano tocando una puerta,
Llora la ciudad, llora la avenida
Por tu mirada que se ha perdido.
Esa mirada se ha perdido.
Su mirada se ha perdido.
¿Se ha perdido su mirada?
Aúllan los corazones llorando
Aúllan los pulmones llorando
Aúllan nuestras manos llorando
Aúllan nuestros tobillos
Pero si en algo me pertenece la esperanza, digo:
LEVANTA ALTO TU VISTA
ESTE AULLIDO ANIMARÁ LA MISMÍSIMA LUNA SIN LUZ,
ESTE DOLOR LE PONDRÁ RAYOS AL SOL APAGADO.
5
Nos vino a llamar la Vida, y
Ha pasado como una ráfaga de fuego
Quemando nuestras entrañas,
Y nosotros dijimos «sí, la justicia, sí,
Cien veces sí, la justicia».
Y de tanto llamarla
Se apareció un terror
Ya nombrado en el horizonte,
En el oriente y en el occidente;
Un terror negro, una noche oscura
Y nos parecía igual de espantoso
Pero indistinguible
Todo canto o pasar de mal agüero;
Entonces la misma Vida volvía surgiendo de los pasajes,
De pasajes de ciudad y pueblo de provincia,
De pasajes de villa, de barrio, de campamento
De escaleras y entradas de bloc y departamentos,
Y venía un eco metálico advirtiéndonos
Que por todos lados habían olvidado
Amar más a la igualdad que al dinero.
Y nosotros ya habíamos entendido
Que toda fortuna bajo el sol
Puede repartirse mejor.
Que todo consuelo bajo el sol
Puede ser más amoroso.
Solo eso, que la dicha puede repartirse de mejor modo,
Y al levantar la mirada
Le llamamos Vida, sí, ¡Vida!
Y dijimos ¡sí, mil veces sí, Justicia!
Entonces se nos vino un día blanco al alma
Y gritamos que estos rayos saltarines
No se apaguen
Nunca más,
Y así fue:
Tras las puertas tras los cuartos tras las Casas.
6
¡Está gritando la ciudad!
¡Está gritando la ciudad!
GRITA LA CIUDAD, Y SE
ESCUCHA CLARA LA RISA ALEGRE DE UNOS
NIÑXS PIDIENDO JUSTICIA, IGUALDAD, DIGNIDAD.
COMENZÓ LA RONDA. NUEVAMENTE.
POR NUESTROS PADRES, DICEN
POR NUESTROS ABUELOS, CLAMAN
POR LOS PISOTEADOS, GIMEN SONRIENTES
POR LOS ABUSADOS, INVITAN.
Y LLEGA EL GRITO HASTA LOS CAMPOS
MIENTRAS LAS GALLINAS BAJAN DE LOS ÁRBOLES,
LOS ZORROS SE ACERCAN A LAS CASAS
LAS VACAS MUGEN,
LOS PERROS VAN ALERTAS SIGUIENDO LAS
PATAS DE LOS CHANCHOS
Y AMANECE
EN EL HORIZONTE CERROS VERDES
POR DOQUIER Y EN EXTENSO.
Y ENTONCES VIMOS NUESTRAS MANOS CAER
SOBRE NUESTRO CUERPO, Y NOS AGITAMOS
AL OÍR QUE LOS DEDOS DE LA MUERTE
VENÍAN A NUESTROS OJOS.
Y A DONDE SEA QUE MIRAMOS NO HABÍA SALIDA,
NO HABÍA SALIDA.
7
Pero nuestra fe se sostiene en una estrella blanca
Nos es fácil y natural volver a estar de pie
Pero por una estrella, tanta vida.
8
Y ahora
Me desangro de mí mismo, Pueblo.
¡Tenía yo heridas por doquier!
Y no entiendo el origen de tanta sangre
En mi cuerpo, en mis rodillas
Tras mis codos, y en mi cuello.
¿Cómo vine a morirme de este modo?
¿Y de qué pureza muero de mi sangre y blanco?
¿Cómo y por qué hay tanto blanco en mi sangre?
¿Cómo y por qué hay tanto blanco en tu sangre,
Pueblo, pueblo mío?
¿Y quién mata esta pureza, cuyo
Único pecado fue pedir igualdad?
Igualdad como el azul, el azul mismo
De la bandera a la que cantamos inocentes.
9
No me digas, por favor, hoy no me digas
Que no puedes ver lo blanco y puro de sus muertes.
Déjate ver que murieron, que están muertos
Que no volverán a la vida,
Déjate ver que murieron, que están muertos
Y no volverán a estar con nosotros,
En esta tierra.
Déjate a ti mismo
Sentir su muerte por tu cuerpo.
10
El sueño es que al final termine la violencia
¿Qué es la violencia?
Suenan peces asfixiados de sí mismos en pisciculturas
Suenan ojos cerrados que no volverán a abrirse,
Suenan los bosques secos sin bosques
Suenas minas de cobre que aún se explotan
A las afueras de ciudades a las que se les prohibió
Tener buena fortuna.
11
Silencio, guarda silencio.
Mira bien, Pueblo mío,
Aprende bien, Pueblo mío.
Entiende bien, Pueblo mío.
Déjate tu silencio, y escucha
Quizá hallemos la vida nuevamente.
Quizá te encuentres con Dios,
Quizá te acerques a una canción, nuevamente.
12
He encendido una vela en mi corazón.
Contemplo en silencio su llama.
Silencio, nuevamente, silencio, por favor.
13
Es el blanco puro de estas rosas,
Es el blanco puro de las velas.
Y sus llamas son blancas todas estas noches,
Estos días. Te observo y sigo mudo.
Buscando, y sigo mudo.
14
Vuelve la música de la justicia.
Escucha, viene una luz a exigir
Su parte de esperanza por la vida.
15
Por mi parte, y si me pertenece el bendecir,
Bendigo:
Benditos sean los muertos clamando justicia
Benditos los que clamaron amor y paz
Benditos, mil veces benditos los que ansiaron justicia
Benditos y mil veces benditos porque ellxs
Quizá sin tener en el corazón
El nombre del que yo llamo Dios
Clamaron por la justicia que ama mi Dios.
Benditos sean y que nunca se les cierre
Puerta alguna de las alturas:
Benditos, mil veces benditos los que aman la carne,
Y los que aman la vida
Porque ello les acercó más al amor y a la misericordia.
Benditos sean. Mil veces benditos.
Benditas sean sus muertes blancas
Blancas puras de justicia.
Benditos, eternamente benditos sus corazones blancos,
Y que así venga blanco a ser nuestro corazón ardiendo
Está y todas las noches.
16
Mateo 5:
Bienaventurados los que lloran,
Porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los de corazón manso,
Porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia,
Porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos,
Porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón,
Porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores,
Porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que han sido
Perseguidos por causa de la Justicia,
Porque de ellos es el reino de los Cielos.
Mateo 5:3-10